viernes, 9 de marzo de 2018

¿Todas las opiniones deben ser respetadas?

A menudo tendemos a oír la expresión "todas la opiniones deben ser respetadas". Desde niños hemos sido educados a ello (posiblemente adecuando dicha expresión a un contexto erróneo). Sea lo que sea, debemos respetar la opinión de los demás.
Esto parece lógico y obvio si nos ponemos en una situación cercana y sencilla como puede ser la de "¿cuál es tu comida favorita?". Sabemos a priori que no todo el mundo tiene la obligación de tener nuestro gusto gastronómico. Por ejemplo, mi plato favorito son los macarrones. Esto no quiere decir que el tuyo  tenga que ser los macarrones, por lo que si tu plato favorito son las lentejas (por ejemplificar), yo voy a ser consciente de que tus gustos son distintos a los míos, y respetaré tu opinión.

Pero, ¿y si llevamos esto a una pregunta más compleja y polémica?

Pongamos el ejemplo de que te encuentras con una persona homófoba. Dicha persona afirmará que las personas homosexuales son un "despojo social" (algo que sin duda, no tiene una argumentación sólida). ¿Debe ser esta opinión respetada por el mero hecho de ser una opinión?
La respuesta es no. Cierto es que todas las personas deben ser respetadas simplemente por serlo, pero esto no conlleva que sus opiniones deban de ser respetadas también.

Y bien, ¿cómo determinamos cuándo una opinión debe ser respetada?
La respuesta es sencilla: toda opinión que se proyecte bajo una argumentación sólida y sostenga un conjunto de valores, merece ser respetada. En caso de no serlo (véase el ejemplo anterior), la opinión, sin lugar a dudas, no debe ser respetada. Si a esto le sumamos la falta de ética y moral que, a su vez, actúa en contra de otras personas, la opinión no debería ser tolerada, pues pierde los valores necesarios que una opinión respetable requiere.

No todas las opiniones son iguales, no tenemos por qué concordar con todo el mundo. Pero tampoco todas estas deben ser respetadas; pues sería sumamente injusto que tuviera el mismo valor una opinión argumentada y debatida por una mayoría, que una opinión sin un fundamento con la que solo unos pocos están de acuerdo (de las cuales la mayoría suele escudarse en el dicho).